top of page

El poder de la escoba Por: Rosalía Castro

Actualizado: 19 abr 2020

Cuando era niña leí Momo, uno de mis personajes favoritos era Beppo el barrendero. Descubrí que él sabía hace mucho el secreto de la atención plena, el presente era su forma de habitar el mundo. Él se enfocaba en los 5 centímetros que tenia en frente y sabia que barriendo muy bien conseguiría el resultado esperado, pero lo importante eran esos 5 centímetros. Pensando en mis gustos, me doy cuenta de este, que puede resultar inconfesable, me gusta barrer. Me gusta el ritmo de la escoba sobre el piso, disfruto repitiendo que salga lo malo y entre lo bueno, que salga lo malo y entre lo bueno.


Es tal vez un gusto heredado, mi abuelo barría y sus hermanos también. En calor de la Dorada, Caldas, sacaban debajo de sus escritorios bichos fantásticos, que recogían escalón tras escalón y sacaban fuera, donde la gente se detenía a mirarlos a ellos, los verdaderos bichos raros. He pensado también que me gusta la escoba, tal vez porque tengo mucho de bruja y en estos tiempos de incertidumbre ha salido aún más esa faceta. Aquí entre nos, les cuento que a escondidas e intentando abrazar mi identidad, me monté en la escoba, traté de volar. No paso nada, tal vez por que al final aún no soy tan bruja, pero lo seguiré intentando. Lo que si puedo predecir porque lo he visto es que con el pasar de los años continuare barriendo, mi mamá lo hace todos los días a pesar de su Alzheimer, ella recuerda barrer, y lo hace muy bien, barre bien, aunque ya no recuerda mucho. Seguiré su ejemplo, cultivaré mi gusto y un día tal vez pueda también volar.

3 visualizaciones0 comentarios
bottom of page